Saturday, March 22, 2008

Apuntes nanoscópicos y la rebelión de los creacionistas (III y última)

Aquí la primera parte.

Aquí la segunda parte.


Tras presentar sólidos argumentos a favor de la selección natural y de cómo ha actuado sobre el flagelo bacteriano, los microbiólogos tuvieron que rebatir un último punto que los partidarios del DI presentaron, y cuya base parecía estar bien fundamentada. Fuera del trabajo que demuestra la ancestría común entre el flagelo y el needle complex, la literatura científica sobre la evolución flagelar es muy escasa, por no decir nula. Esto levanta una sospecha no deseada: los miembros del jurado podrían concluir que a pesar de todo lo dicho, debía existir un cierto misterio dentro del asunto y que el DI podría tener razón, porque de lo contrario ¿qué detiene a los científicos realizar estudios evolutivos serios y sustentados que demuestren cómo y porqué se ha dado la enorme diversidad flagelar bacteriana que tanto defienden los microbiólogos? (chistoso: ahora el DI asumía que si hay cientos de flagelos diferentes, entonces debían ser cientos los eventos creacionistas, lo que choca de inmediato con lo que se conoce como la navaja de Occam, cuyo principio dicta que la explicación de cualquier fenómeno debe tener tan pocas asunciones como sea posible. No se convencían de lo que ya dejamos claro en la segunda parte de este escrito: un ancestro común dio origen a todos los diferentes flagelos bacterianos que conocemos a lo largo de millones de años).

Aunque todos los expertos del campo concuerdan que este argumento es vacío, no era suficiente decir que existe una gran diversidad de flagelos bacterianos producto de la evolución y punto. En lugar de ello, los microbiólogos debían convencer al público escéptico. Scott Minnich, el principal personaje que defendía el DI, decía que la evolución flagelar debía ser estudiada dentro del laboratorio. Pero uno no puede moldear miles de años de evolución in Vitro en unas cuantas semanas o meses. ¿Cómo contradecir tal argumento? La respuesta: analizar individualmente cada proteína flagelar ancestral y tratar de modelar e investigar dichas proteínas, de esta manera se podría concluir cómo han surgido los diferentes flagelos bacterianos. Esto ya arrojado ciertos resultados y una discusión científica interesante (
clic, clic y clic)

Tras 6 semanas de argumentos, el juez John E. Jones III concluyó que: “... es absolutamente claro que la política del DI contradice la cláusula de establecimiento (la enmienda a la constitución norteamericana que dicta: el congreso no debe elaborar ninguna ley concerniente a algún estatuto religioso). Al final, hemos determinado la cuestión seminal si el DI es una ciencia o no. Hemos concluido que no lo es, aún más, hemos deducido que el DI no puede ser separado del creacionismo y sus antecedentes religiosos. En pocas palabras, el juicio del flagelo bacteriano establece que la enseñanza del DI en las escuelas estatales norteamericanas es inconstitucional”.

Uff. Finalmente, los bacteriólogos habían ganado un juicio fundamental en la enseñanza de la evolución de las escuelas norteamericanas: sólo se enseñaría la teoría de la selección natural, cualquier profesor que tratara de enseñar los principios del DI incurre en un delito.

Actualmente el DI sigue cobrando partidarios entre la población estadounidense y alrededor mundo. A pesar de que perdieron el juicio, parece que eso los fortaleció y siguen propagando sus ideas. Si continúan llevando agua a su molino, el problema puede ser mayúsculo. Es imperativo que los biólogos evolucionistas sigan esparciendo las enseñanzas de papá Darwin, de lo contrario, en algunos años estaremos rodeados de gente que cree en el DI, y también se tragará el cuento ese que la tierra tiene 12 mil años de antigüedad, y que el hombre y los dinosaurios convivieron alguna vez...argh. No queremos que dentro de algunos lustros la gente deje de creer en la selección natural. Asestaría un grave golpe a la genialidad que nuestro querido Charles estableció; sería un retroceso gigantesco a la manera de entender la diversidad biológica y los procesos que la moldean. No queremos regresar al siglo XVII, ¿tú sí? Fuu, imagínate, estaríamos completamente jodidos.

Apuntes nanoscópicos y la rebelión de los creacionistas (II)

Aquí la primera parte.
En un juicio sin precedentes, los evolucionistas debían esgrimir argumentos que convencieran a un juez y al jurado de que el diseño inteligente no es una ciencia, y los partidarios del diseño inteligente debían convencer al juez de exactamente lo contrario. El juicio se llevó a cabo en Pennsylvania, en 2004, y en él se presentaron eminentes bacteriólogos con largas trayectorias científicas exitosas. El debate en cuestión giraba en torno al flagelo bacteriano. Los miembros del diseño inteligente (DI) citaban al flagelo bacteriano como un claro ejemplo de un complejo de irreducibilidad (la noción de que algunos sistemas biológicos son tan intrincados que no podrían funcionar si fueran menos simples, y que no podrían haber sido formados por adiciones sucesivas a un sistema precursor con la misma funcionalidad; o sea, no pudieron haber sido formados por selección natural: de lo simple a lo complejo). Esto se pudo refutar con dos argumentos: (i) existe una estructura homóloga al flagelo denominada needle complex (ver figura). El needle complex es un aparato hallado en algunas bacterias patógenas que se encarga de exportar moléculas (efectores) cuya función contribuyen a la virulencia. La mayoría de sus componentes tienen una alta homología con los del flagelo bacteriano, sin embargo es mucho menos complejo que el flagelo; (ii) algunos trabajos (aquí y aquí) han dejado claro que ambas estructuras -el flagelo y el needle complex- tuvieron un origen común hace millones de años, y que el ancestro de ambos era seguramente un aparato que sólo se dedicaba a exportar moléculas inocuas. Pero, por un lado, tras miles de pruebas de ensayo y error mediante selección natural, la estructura ancestral fue cada vez más compleja, hasta dar lugar al flagelo, mientras que por otro lado, esa misma estructura ancestral dio origen al needle complex, que se especializó en exportar moléculas que dan lugar a virulencia.

Comparación entre el flagelo y el needle complex. Se observa una clara relación estructural entre ambos organelos.


Otro argumento del DI radica en que ellos abogan por un flagelo único, como una estructura conservada, inamovible. Esto es más falso que un billete de dos pesos: existe una gran variabilidad de flagelos en todas las bacterias. Cada especie tiene ciertos elementos conservados del aparato flagelar, sin embargo, existen cientos de variaciones entre los flagelos de diferentes especies. Lo anterior sólo se puede explicar mediante selección natural. Cada especie bacteriana, en cada nicho que ocupa, ha desarrollado variaciones para adaptarse a ese medio en particular. No sucede que todos los flagelos de todas las bacterias sean igualitos. Como todas las estructuras, el flagelo está sujeto a presión selectiva y gracias a ello se han producido cambios en su arquitectura y su regulación.

Las bacterias no se mueven al azar, responden a estímulos químicos que son procesados por un complejo sistema llamado quimiotaxis. Mediante este sistema, la bacteria “sabe” hacia dónde moverse; ya sea hacia ambientes favorables, o bien alejarse de ambientes hostiles. Los diferentes sistemas de quimiotaxis que existen son otra prueba de la presión selectiva a la que es sujeta el flagelo.

A pesar de la contundencia de los argumentos a favor de la selección natural que habían presentado los microbiólogos, los partidarios del DI tenían un último as bajo la manga que presentaron justo al final de este juicio importantísimo.

Tercera parte.

Apuntes nanosópicos y la rebelión de los creacionistas (I)

Desplazarnos de un lugar a otro es un fenómeno que tomamos con completa naturalidad. Es fácil: deseamos caminar, el cerebro envía las señales para mover las piernas y voilà, cada paso que damos nos mueve aproximadamente un metro. De hecho, es difícil pensar en algún animal que no pueda desplazarse libremente (los mecanismos de locomoción son extraordinariamente diversos: piensa en medusas, estrellas de mar, gusanos, insectos, peces; todos ellos poseen estrategias muy distintas para trasladarse) ya que, a excepción de los animales más primitivos que se encuentran en el mar y cuyo estilo de vida es sésil, la gran mayoría tiene la capacidad de moverse. No sucede lo mismo con las plantas; su propagación o “movimiento” ocurre mediante semillas o esporas que son transportadas por el viento o alguna corriente acuática hasta otro lugar, donde posteriormente (si las condiciones son adecuadas) crecen y comienzan un nuevo ciclo de vida. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué ocurre con los organismos microscópicos?, por ejemplo, ¿cómo logran las bacterias moverse?, ¿realmente se desplazan?

Hoy sabemos que sí; la mayoría de las especies bacterianas estudiadas hasta ahora son capaces de desplazarse por sí mismas. Este movimiento está mediado por una estructura conocida como flagelo, la cual es análoga en función al flagelo de un espermatozoide, pero que sin embargo, dista mucho en estructura y complejidad del segundo. Existen bacterias que poseen sólo un flagelo, algunas poseen dos, y otras más poseen hasta diez. Estas estructuras supramoleculares rotan sobre su propio eje y la fuerza que generan da impulso a las bacterias. Piensa en la propela de un barco, cuando ésta gira, provoca que el barco se mueva gracias a la fuerza que se produce. Hace algunos años, se creía que el flagelo bacteriano sólo proveía movimiento, sin embargo, ahora sabemos que está también involucrado en los procesos de virulencia.





Bacteria con 3 flagelos


Cuando alguien se enferma de la panza es muy probable que las responsables sean las bacterias. Pueden ser de diversas especies, desde una cepa de Escherichia coli medianamente virulenta, hasta una Vibrio cholerae, que, como bien infieres, es la causante del cólera; o una Salmonella enterica potentísima que provoque salmonelosis. Más allá de los mecanismos específicos de acción de cada una de ellas, el flagelo es un común denominador para desatar el ataque a los enterocitos (células de la panza). Algunos estudios demostraron (aquí y aquí) que las bacterias que no tenían flagelo eran incapaces de provocar virulencia, es decir, si nuestras amigas llegan a la panza sin el flagelo, ya no pueden causar enfermedad alguna. El flagelo bacteriano es un organelo extremadamente complejo: trata de pensar en una estructura que mide 5 micras (una micra es la milésima parte de un milímetro; divide un milímetro en mil porciones y obtienes una micra) la cual está construida por 50 componentes muy diferentes uno del otro, y que además interactúan entre sí. Si lo analizamos detenidamente suena como a ciencia ficción, y a pesar de tres décadas de intenso trabajo, todavía no logramos comprender del todo cómo funciona, aunque en años recientes han habido avances importantes.

La complejidad del flagelo bacteriano fue tomada como estandarte hace algunos años por los que promueven el “diseño inteligente”. Este concepto, nacido en EUA, radica en que el universo natural se explica mejor por una causa inteligente más que por un proceso no direccionado como la selección natural. En otras palabras, es tal la complejidad de algunas estructuras, que la explicación más plausible es que tuvieron que ser diseñadas por un arquitecto; un creador, pues. Fue tal la fuerza que cobró dicho concepto entre la gente, que este grupo trató de que se enseñara el diseño inteligente a la par de la teoría de la selección natural de nuestro querido Charles Darwin en las escuelas.

Obviamente, los biólogos evolucionistas brincaron de inmediato y se inició un debate que derivó en un juicio, donde ambas partes esgrimieron durante días sus argumentos frente a un juez, en lo que se conoce como el juicio de Dover. En dicho juicio se decidiría si el diseño inteligente debería ser tomado como ciencia, y si debería incluirse en la enseñanza a nivel nacional de las escuelas públicas de EUA.

Segunda parte.

Saturday, January 26, 2008

Ubi sunt

¿Dónde quedó aquella tinita azul en la que me bañaba mi abuela Enedina a los 3 años, el árbol de navidad más grande del mundo que tocaba el techo de la casa de mis tíos en su último invierno, la camioneta tonka negra que era indestructible y atacaba cualquier terreno bajo mis manos, y ese primer triciclo manejado por Luisinho en el que me fracturé el brazo izquierdo.
Y Monsiváis. Ese amigo inseparable del kinder con el que jugaba béisbol y quien ratificó mi primer jonrón monumental y esa inolvidable atrapada. Qué le ocurrió al suéter escolar guinda que servía de almohada, de home plate y que mostraba los rasguños de la primera pelea así como rastros del perfume de Sayuri. Y el ajedrecito que abría diariamente para jugar con mi padre... y la avalancha azul, el vehículo que aguantó charcos, piedras, banquetazos y choques frontales contra las paredes en los momentos más felices jamás?

¿Seguirá suspendido en el aire ese helicóptero de plástico rojo accionado mediante una cuerda que Raciel jalaba y que se elevaba cien metros con facilidad en el cielo azulísimo de la marquesa... los luchadores con paracaídas que Ulises y yo soltábamos hacia las ventilas cálidas de aire provenientes del metro en el zócalo. Dónde quedó la bici que aprendí a maniobrar sin rueditas ante la incredulidad de Armando?, ¿Clotilde y Edubiges, las tortuguitas japonesas que guardaban todos mis secretos?

¿Dónde está la resortera que traía todo el día entre mis manos en ese Chiapas del 90, en el viaje más extraordinario que tenga memoria, donde todo era perfecto e impenetrable... los planes para doblegar a todos que Leonardo y yo ideamos en el CCH, las prácticas de campo en Molango con C., Y. y N., las tardes interminables de risas con Alberto y Luis? ¿dónde está ese amigo fiel que me comprenderá siempre: dónde está mi perro?

¿Dónde quedó la magia y el encanto mutuo que había entre A. y yo en tierras guanajuatenses, las sonrisas compartidas, el entendimiento telepático, los guiños infinitos, la compenetración total y las promesas tácitas que los túneles atestiguaron silenciosamente?

Carajo.

Thursday, January 03, 2008

Lista Anual

Este año fue realmente productivo musicalmente hablando. Es por esto que en lugar de 10, he decidido poner los 15 discos que, a mi juicio, fueron los mejores del 2007. Nomás una cosa: tenía grandes expectativas sobre el nuevo disco de los Super Furry Animals. En el 2006 Gruff Rhys, el vocalista de los Furry, presentó su segundo disco solista y resultó ser un trabajo pulidísimo, con buenas propuestas musicales, un tanto más digeribles que su anterior producción solista en galés, Yr Atal Genhedlaeth. En vista de esto, pensaba que la nueva placa de los Animals traería muy buenas cosas, pero no. No muestra la calidad de anteriores producciones, se percibe un disco hecho sin esfuerzo, como con güeva. No me convenció nadita. Lástima, parece que los mejores momentos de los Animals ya pasaron, y su obra cumbre fue el Rings Around the World del 2001.





15) Our Earthly Pleasures – Maxïmo Park.

Tras un debut que para mi ya es un clásico (A Certain Trigger), los Maxïmo regresaron con un disco que si bien queda un poco lejos de su primer trabajo, es mucho más decente que los segundos esfuerzos de varias bandas de la camada surgida en el revival rockerón del 2005. Es cierto que los Maxïmo no se arriesgaron mucho, pero sí obtuvieron un trabajo dignísimo, con letras muy superiores a las de los demás y con un Paul Smith al micrófono que sabe muy bien cómo hacerlo (y le guste a quien le guste, sigo pensando que los pinchetos Arctic Monkeys no tienen ninguna oportunidad frente a Maxïmo Park, neta). Destacan: Girls Who Play Guitars, Our Velocity, Books from Boxes, Nosebleed y A Fortnight´s Time.




14) Astronomy for Dogs – The Aliens.

The Aliens es la agrupación que se formó tras la desintegración de la Beta Band (bandototototota) y está compuesta por todos los exmiembros, excepto el vocalista Steve Mason. Es un disco plagado de psicodelia-pop y un toque de romanticismo. Vale la pena escuchar sus largos tracks, el trabajo vocal de la banda realza sus bien logradas melodías. Destacan: Setting Sun, Tomorrow, She Don´t Love no More, Glover, y The Happy Song.




13) Icky Thump – The White Stripes.

A Jack White le sirvió iniciar un proyecto alterno (The Raconteurs), porque la nueva producción de los White se escucha fresca, directa, redonda y apasionada. Los riffs sucios de Jack se han pulido con los años y aquí nos deja claro que es un guitarrista privilegiado (confesémoslo, es el trabajo de Jack, Meg White cumple un papel muy menor). Destacan: Icky Thump, You don´t know what Love is, Conquest, Prickly Thorn but Sweetly Worn y A Martyr for my Love for You.







12) Maths and English – Dizzee Rascal.


El rap de Dizzee siempre ha sido pegador. En Maths and English (su tercer álbum) incluye ritmos más pop y el resultado es grato. Aunque no muestra la furia de su primer material (Boy in da Corner), el fraseo sigue siendo de lo mejor y los beats sin duda te pondrán a bailar. Destacan: Pussyole, Sirens, Suk my Dick, Flex, Wanna Be (en dueto con Lilly Allen) y U can´t tell me Nuffin´.






11) Sky Blue Sky – Wilco.

Wilco posee un estilo bien definido, con toques de blues y jazz. Parece que el tiempo les ha sentado muy bien, y desde Chicago nos muestran un disco sólido, con una colección de canciones envidiables. Tiene solos de guitarra enormes y se percibe una sinceridad muy elocuente. Destacan: Impossible Germay, Sky Blue Sky, Side with the Seeds, Please be Patient with me y Leave me (Like you Found me).







10) White Chalk – PJ Harvey.

¿Cómo carajo logra Polly Jean cambiar tan radicalmente entre disco y disco? Su anterior trabajo (Uh Huh Her) estaba lleno de guitarrazos distorsionados, era rudo y potente, y antes nos entregó su obra cumbre: Stories from the City, Stories from the Sea, con melodías y letras realmente memorables. Y ahora, en White Chalk, el centro es el piano, la voz son prácticamente susurros y el ritmo es completamente tranquilo. Las letras son apabullantes y la atmósfera es enteramente hechizante. Qué grande es la Harvey. Destacan: The Devil, Grow Grow Grow, When Under Ether, White Chalk y The Mountain.





9) Release the Stars – Rufus Wainwright.

Se tardó tres años en lanzar nuevo material, pero valió la pena. Desde la primera vez que escuché este disco me enganchó. Es para disfrutarlo en completa soledad y regocijarse con la extraodinaria voz de Wainwright y la formidable orquestación. Un disco bellísimo. Destacan: Do I Dissapoint you, Nobody´s Off the Hook, Between my Legs, Sanssouci y Release the Stars.







8) Sound of Silver – LCD Soundsystem.

Lo más simple que se me ocurre es decir que Sound of Silver fusiona de forma perfecta el rock y la electrónica. Se agradece el salto cualitativo de producción que dieron de su disco debut a este, su segundo material. Fue una decepción no verlos en México este año. Destacan: Get Innocuos, North American Scum, Someone Great y All My Friends.




7) The Magic Position – Patrick Wolf.

Patrick ha dejado detrás el lado personalista de trabajos anteriores y ahora muestra un rostro más pop y amable. Su inclusión cuando era pequeño en la música clásica se nota a lo largo del trabajo: el trío de cuerdas realza bellamente su voz. Además, los pequeños toques electrónicos son acertadísimos. Destacan: Overture, The Magic Position, Accident and Emergency, Augustine y The Stars.






6) Because of the Times – Kings of Leon.

No conocía el trabajo anterior de los hermanos Followill, pero la placa que presentaron este año me sorprendió gratamente. Un rock típico, sin elementos electrónicos, ensamblado de forma magistral es lo que encontré en esta banda originaria de Tennessee. Sus ejecuciones son impecables. Destacan: Knocked Up, McFearless, Ragoo, Fans y Arizona.





5) Night Falls Over Kortedala – Jens Lekman.

Este debe ser el debut más feliz del 2007. Lekman es sueco, y a pesar de los interminables inviernos en su país, nos presenta un disco lleno de luz, con una orquesta que brilla intensamente al lado de sus letras divertidas, irónicas y llenas de sinceridad. Emociona escuchar un álbum así. Destacan: Sipping on Sweet Nectar,The Opposite of Hallelujah, A Postcard to Nina, Into Eternity y Friday Night at the Drive-In Bingo.







4) Panic Prevention – Jamie T.

Este chavo tiene 20 años y es originario del barrio de Wimbledon. Tiene un ritmo endemoniadamente cabrón y en Panic Prevention, su disco debut, muestra una mezcla de rap, hip-hop, pop y reggae. Sus letras son divertidas y debo decir que este disco fue el primero que realmente me prendió en el año (salió en Enero). Vale la pena escucharlo, te enganchará y te costará trabajo sacarte de la cabeza sus ritmos. Seguiré a Jamie T muy de cerca. Destacan: Calm Down Dearest, Operation, Dry Off your Cheeks, Ike and Tina, If you Got the Money y Alicia Quays.






3) Neon Bible – Arcade Fire.

A principios del 2007 los canadienses volvieron para presentar un disco que fue muy bien acogido por todos. Aunque no supera el Funeral del 2005 (chale, ese disco es realmente insuperable), las letras paranoicas de Win Butler y la excelente orquestación de la banda colocan desde ya a Arcade Fire como una de las agrupaciones más importantes de los últimos 5 años (cayó un lugar en mi conteo debido a la producción extraña que presentan, insisto que se oye un poco raro, falto de pulcritud). Destacan: Black Mirror, Keep the Car Running, Intervention, Ocean of Noise y (Antichrist Television Blues).



2) Kala – M.I.A.

M.I.A. ya nos había sorprendido en 2005 con su debut Arular, pero este año realmente elevó el estándar del género y sentó las bases de lo que vendrá próximamente. Acompañada de los pesados del Hip-Hop (Diplo, Switch, Timbaland), M.I.A. entrega un álbum plagado de sonidos pseudofuturistas, con ritmos a los que uno quiere bailar de inmediato. Podría ser el disco con mejor producción del 2007. Destacan: Boyz, Jimmy, Hussel, Paper Planes y Come Around.



1) In Rainbows – Radiohead.

Un regreso demoledor del cual yo tenía serias dudas. Pensaba que era el principio del fin para Radiohead, pero qué equivocado estaba. Tras quitarme los prejuicios descubrí un disco redondo, sin fallas, hermoso y una calidad vocal de Thom Yorke que sólo mejora con los años. Parece una amalgama de toda su obra, donde toman los mejores elementos de cada etapa. Nos guste o no, Radiohead volvió para demostrar que no han perdido ni un poquito de calidad, por el contrario, estos güeyes realmente saben lo que hacen. Aplausos. Destacan: 15 Step, Bodysnatchers, All I Need, Reckoner y Videotape (del segundo disco, sólo disponible en la edición especial, destacan: Down is the New Up, Last Flowers, Bangers and Mash y 4 Minute Warning).